LÍNEAS RECTAS CON RAMAS TORCIDAS.

Reflexión diaria: 25 de Abril del 2017.

Por: Gamaliel Feliciano

Una de las actividades que más disfruto, por lo relajante que es para mí, es el trabajar con madera.  Crear cosas en madera es prácticamente terapéutico en algunas ocasiones.  En una ocasión me enteré que un buen amigo estaba en su casa trabajando en un proyecto, estaba construyendo una mesa de madera para su oficina.  Así que decidí visitarle para ver cómo iba y quizás aprender algunas cosas nuevas.

Para mi sorpresa, al llegar a la casa, vi como el pretendía trazar líneas usando una rama de un árbol tal y como había sido arrancada de este.  Entre sorpresa y risa le pregunté cómo era posible que pretendiera trazar líneas rectas con una rama torcida, entendiendo que esta acción es una de las principales para que cualquier trabajo en madera quede perfecto, en vez de usar la herramienta adecuada para eso.  No tengo tiempo para ir a la ferretería, me contestó.  Venga, yo le presto uno que tengo en el carro porque es imposible hacer líneas rectas con ramas torcidas, le contesté.

Pero, ¿será eso real?  ¿Es imposible hacer líneas rectas con ramas torcidas?  ¿Hasta para Dios?
La realidad es que la Biblia está llena de ejemplos de hombres y mujeres que fueron “ramas torcidas” con los cuales Dios trazo líneas rectas.  Uno de estos fue Abraham.  Para los que crecimos en la iglesia, podemos recordar las muchas historias y hasta canticos que nos fueron enseñados sobre la vida de Abraham, el Padre de la Fe.  No obstante, debo confesarles que en ninguna de estas historias o en ninguno de estos canticos se me habló de como Abraham era también una rama torcida.  Por el contrario, se nos enseñó que Abraham obedecía sin pensar, sin argumentar y sin dudas.  Pero la realidad es que cuando visitamos su historia nos damos cuenta que Abraham fue tan humano como tú y como yo, y que también fue una rama torcida.

Abraham tuvo muchos momentos que podríamos catalogar como de pobre fe: Se tarda en salir de su tierra.  Se detiene en Harán.  Llega a Canaán, pero se va a Egipto cuando hubo hambruna.  Miente sobre su esposa en Egipto por miedo a ser muerto.  Pero un momento, ¿no estamos hablando del Padre de la Fe?  ¡Si, por supuesto!  Abraham dudó, tuvo miedo, procrastinó, mintió, desobedeció.  Todo esto por una sola razón: Abraham también fue una rama torcida como todos los seres humanos somos.

Entonces, ¿cómo fue que Abraham tuvo éxito?  Hoy podemos ver que, a través de él, se trazaron líneas rectas, ¿o no?  La respuesta está en el libro de Hebreos 11:11, Abraham “creyó que era fiel quien había hecho la promesa”.  La única manera en que es posible que líneas rectas sean trazadas usando ramas torcidas es cuando creemos que el que ha hecho la promesa de trazar esas líneas rectas es fiel.  Nada de lo bueno que pueda haber en nosotros proviene de nosotros.  Quizás esto parezca confuso porque nos han enseñado que si nos esforzamos mucho o que si nos portamos bien convenceremos a Dios de que nos ame y nos salve.  La realidad es que nuestra salvación tiene poco que ver con lo que haces y más con si descansas en saber que Dios es fiel y que cumplirá sus promesas.  Es ese descanso el que te lleva al movimiento, no al revés.

Te invito a que descanses en saber que, aun siendo una rama torcida, Dios te ama, está dispuesto a recibirte y también a trazar líneas rectas contigo.  Hoy, alguien con un alto sentimiento de culpabilidad por no ser “suficientemente bueno” se acercará a ti.  Abrázalo y recuérdale que puede descansar al creer que Dios es fiel y que, si así lo permite, Dios trazará líneas rectas a pesar de su imperfección.  God is good all the time!  All the time, God is good!

“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido” Hebreos 11:11




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