MIRANDO HACIA ADELANTE

Reflexión diaria: 26 de Abril del 2017

Por: Blanca Marquez

Durante 3 años pertenecí, alegremente a una denominación distinta a la iglesia Adventista, estaba encantada; y de hecho no es tan distinta en cuanto a forma de adoración; una iglesia tranquila y muy amena.

Un día escuche por primera vez el mensaje del sábado como día de reposo, en labios de un pastor Adventista por la T.V, también oí sobre el infierno_ ya no como un lugar donde hay gente sufriente en llamas.

Acostumbrada a otra ideología y en ciertas cosas, arraigada a una cultura cristiana popular. ¡Realmente me llene de asombro! y también algo de temor... Preguntas surgían en mi mente:
¿Era realmente este mensaje correcto? ¿Qué tan importante es para Dios dedicarle un día específico? Me vi envuelta en un mundo de preguntas y dudas, pronto empecé a perturbarme y pensar, ¿Qué hacer con lo que ahora escuche?

En ese tiempo, llena de prejuicios e incertidumbres, sólo me quedo orar y pedir a Dios una respuesta a tantas interrogantes y temores. Platique con la esposa del pastor, en ese entonces, sobre la doctrina que había oído por T.V... ¡Gran error! ...Simplemente me confundió más y lo que es peor, me infundio miedo en ciertas cosas...

 Ella dijo: - Esa iglesia está llena de fariseos, viven en el pasado y lo que es peor, te dejan morir en sábado, aun cuando necesites ayuda, no la brindan por ser sábado, sus doctrinas son herejías.
 Yo quede asombrada y triste por la imagen que ella tenía de esta "nueva iglesia". Tenía 17 años y lo único que sabía, era que mi deseo más grande siempre había sido servir a Dios y obedecerle hasta donde mi capacidad humana me lo permitiera, era única cristiana activa de mi hogar. “Cambiarme a otra iglesia”, tomando un estilo de vida distinto en ciertas áreas (comida, y sobre todo mis actividades en sábado) representaba un desafío.

Anqué todo ello estaba en segundo plano, pues mi mayor lucha o más grande desafío, se encontraba en mi mente, mi ideología, y manera de ver el cristianismo. Todo aquello por lo que estaba " bien segura", ahora resultaba no ser así. Creí ya tener todas las respuestas, pero de pronto me cambiaron todas las preguntas.
Al final decidí ser parte de la Iglesia Adventista  del Séptimo Día,  y deje la iglesia donde me congregaba anterior mente (era difícil quedarme y tratar de cambiar a toda una iglesia, pensé) Al momento no tuve todas las respuestas a mis preguntas, eso me llevo tiempo y sobre todo, un estudio más profundo de las Escrituras, cosa que hasta ese momento no había hecho.

Comprendí que no podemos dejarnos llevar por la corriente y aceptar prejuicios de otros como nuestros. Que todo lo que ahora era "nuevo" para mí, se acercaba más a las Escrituras y eso bastaba para desear conocer más de las doctrinas y de un mejor estilo de vida.

Que cada quien vive su vida Cristiana de acuerdo a su criterio y amor a Dios.

Dios nos ha dado la capacidad de pensar, razonar, o incluso dudar y elegir.

Debemos indagar acerca de ¿Cuál es la puerta? No cual te agrada más, por su pintura o artesanado. La pregunta debería ser ¿Me empuja mi conciencia a esto?

No hacerlo y abandonarte a los prejuicios, aceptar por temor algo de lo que no estas segura, conformarse, es simplemente una locura. Pero si razonas y eliges por ti mismo, ya avanzaste en algo... algo que a la larga podría ser tu mayor logro.

Todavía nos queda mucho por aprender, misterios y dudas por resolver... Tenemos a un Dios maravilloso que constante mente nos arroja un poco de su luz. ¿Estamos preparados para recibir esa luz? ¿Cómo respondemos ante esas dudas o preguntas, que encontramos en el camino?
Nadie como Dios para quitar los escombros, despejar la neblina y destaparnos el Cielo.
¡Que Dios nos ayude!

 “Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3





© Ministerio Sonidos del viento (ruaj) Colectivo SDA detox . Prohibida su reproducción parcial o completa sin la autorización expresa del autor. 2017.




Comentarios

Entradas populares de este blog

LÍNEAS RECTAS CON RAMAS TORCIDAS.

JESÚS NO SE OLVIDÓ DE MI

¿LAS COSAS NO MARCHAN BIEN? UNA OPORTUNIDAD PARA APRENDER